viernes, 9 de noviembre de 2007

La productora SZSzsZSZzzzzzzerpiente

ADVERTENCIA: CUALQUIER SEMEJANZA CON HECHO REALES CORRERÁ POR VUESTRA PROPIA IMAGINACIÓN.

Había una vez en una productora de Palermo, mucha gente que se creía, por alguna extraña razón, que era más que otra gente por sus computadoritas, teléfonos pequeños y quién sabe por que otras razones más.
Allí estaba yo, sabiendome en un nido de serpientes, intentando no interferir en el campo visual de niguno de ellos para no resultar malherida de la batalla campal de conseguir un lugar en una mesa del lugar de trabajo.
- "Esta es mi computadora" Le dice una de las víboras a Santi, mi blando compañerito, quién solamente estaba apoyando su hoja frente a la computadora que permanecía apagada.
- "Uh perdon, ya me corro."
- "Bueno, pero viene otra chica enseguida."
- "Bueno, cuando venga me voy." Le retrucó inteligentmente Santiago.

Uff, empezando a sudar, siendo la segunda vez que nos corrian de una mesa a otra, Santi y yo intentabamos aguantar el aire y hacer que no nos pasaba nada.
Mientras hablaba por teléfono un joven productor gay chillaba y maltrataba a sus asistentes desde la otra punta del salón: - "Hay diez limousinas en Bs As, tenemos que tener LAS DIEZ QUE HAY y no tenemos niguna! no puede ser. Que alguien se ponga con vos, por favor".
Confieso que a mi también me han dicho cosas parecidas en jornadas laborales, pero también confieso que escrito no suena tan duro como sonó hoy entre ls gusanos restorciendose.
Si alguna vez quieren ver una lucha de egos, deberian ir ahi, es un lugar genial para observar lo más bajo del ser HUMANO, que piensas ser de lo mejor pero en realidad son lo mas inmundo de esta especie.

Yo seguía mi camino en la productora, con mis zapatos de goma rosa con dibujitos de soles y corazones, llendo al baño, y hablando por teléfono. Por alguna extraña razón disfruto enormemente mi trabajo y espero nunca, Dios, y esto es un decreto, un pedido, un ruego, NUNCA parecerme a ninguno de ellos en el aspecto humano.
Sin tener tiempo de detenerme a reflexionar sobre el bombardeo de energías de procedencia sospechosa que se sucedía en el salón, una señora vestida con un delantal bordeaux me toca el hombro y me dice: -"Está la comida". Con Santi nos miramos - "¡¿que comida?!"
Consultamos a nuestra superior y nos dijo que aquí cocinan para todos.
Empezando a sentirme un poco más al nivel de las serpientes, me acerqué al patio de la casa antigua recilada donde yacían sobre una mesa de mármol ensaladas varias, y un tupperware enoooorme lleno de fiedeos.
Me serví mi plato corresponidente y me senté a comer.

Preferí no abrir la boca más que para alimentarme, visto y considerando que podía hacer un paso en falso en cualquier momento.
Sin dejar de mirar los mostacholes con rúcula que estaban enfrentme mío, esuché una cantidad de barbaridades que creo no merecen repetición, mechada con la tonalidad "sho" "esha",etc. En mi cerebro corrían las frutas de por qué los mierdas y trepadores en esta sociedad suelen ser los jefes. Acaso, no podría salir algo mal, y que lleguen los honestos, transparentes, amables a mandar a los empleados?
Me levanto para servirme otro plato de fideos. La víbora mayor que me penetró con su mirada de lince mi aura de hematite desde el primer segundo que me vió, desliza: -"¿Vos sos de dirección, no? ¿Te anotaste para comer?" -" eeeeemmm, no. Había que anotarse? Es mi primer día acá. Yo estoy con Celeste". Las serpientitas que estaban alrededor de la mesa dejan de reptar y miran. Silencio.
-"Si te tenías que anotar, con Lucía".
-"Y quién es Lucia?."
- "Lucia es la recpcionista."
-" Bueno, perdón, si no alcanza devuelvo los fideos al pote."
-" No ahora ya está. Comé, Comé"
Otras de las serpientes se apiada de mí unos gramos después de mi desempeño frente la cobra mayor.
-"No, mirá, dejá. La verdad a mi recién ella me dijo lo mismo, me retó. Pero no te hagas problema, ahora comelo" (y si podés atragantate con un fideo y morite en el intento!! perra sonriente de zapatos rosas!!!!! y moñito!!!!!!!!).
-"Bueno chicas gracias, disculpen , no sabía."

Me voy con mi plato a la cocina a calentarlo en el microondas. Cuando me encuentro a una distancia prudencial de todo ser humano, o de toda serpiente debería decir, murmuro un : "Zorrrrrrra............"

Igual estoy contenta.
Ella creyó haberme intimidado mientras yo elegí hacerme la victima.
Lo hice para evitar todo tipo de disputa, que se crea mejor, que gane la inútil competición de egos, total, a mí que me importa.
Me niego a que se me empiece a caer la piel humana, dejar ver unas escamas verdes brillantes y tornasoladas, transformarme en una serpiente más, JAMÁS.
El que ríe último, ríe mejor.

3 comentarios:

Alan Murray dijo...

Me ha encantado jardinera. Este tipo de relatos autobiográficos es lo mio. Sigue con tus crónicas.

Mucha suerte en la productora.

Alan Murray

Anónimo dijo...

hola! si,
donde me anoto para comer?

Anónimo dijo...

aa tengo que dejar mi nombre?
soy santiago y quisiera comer algo rico, que hay?