MarcHada

Despierto y miro mis piernas. Estan escritas con mensajes. Tienen una red que parece un circuito electrico, escrito en un idioma que no entiendo. Letras números y ese dibujo que indica conexión. Del lado interior de mi muslo hay un lunar que crecio con un diametro de dos cm y es marron y horrible. Lo miro. Lo toco. No duele, pero si que es feo.

Me sigo mirando las piernas a ver qué mas hay. Un cuadrado de puntos negros que lo rodean círculos. Alguien o algo, para variar, me está usando amistosamente, o no, para postear sus mensajes en la tierra. No me lo banco. Me da asco. Estoy escrita. Enojada y asustada. Y tengo unos dibujos que dan miedo y salen por debajo de mi piel que se expanden por mis piernas. Ese dibujo en forma de cuadrardo, que sobresale, y no es un tatuaje, ni tampoco una erupción, es una marca de otro plano, se comienza a transformar lentamente en sellos de calendario maya, pero sin colores. What? Aaaagh!

Me levanto y salgo corriendo. Estoy llegando tarde al paseo con mi amiga y su familia. Estamos en Brasil, ahora que salgo, en Praia, pero no ese ese lugar en realidad, un lugar en la tierra mágicamente tenebroso para mí. Tiene esa energía que estoy pensando hace días, y vibrando: todo muy lindo, pero ojo.

Me pierdo de ellos en un momento. Estoy desorientada, tatuada y con erupciones que son señales en mi piel. Mi amiga se asoma después de un rato detrás de una esquina. Me saluda y me llama.
Volvemos a la casa. En el jardín hay cuerpos petrificados. Yo había visto unos pies. Ahora esos pies son de un hombre que lentamente se está haciendo árbol. Miro a mi derecha y apoyada contra una pared una madre y su hijo también se petrifican y se llenan de una erupción colorada. De sus extremidades se extienden algo que parecen ramas, y esas cosas rojas que les salen por arriba me dan mucha impresión.

Me despierto y es otro día en ese lugar. Mis señales desaparecieron.